Un escenario neutro, despojado. Segmentado entre el escritorio de algún artista en proceso de creación, real, reconocible, fácil de encontrar y al otro lado, un espacio en blanco, ambiguo, abstracto, lleno de sonidos e imágenes que se proyectan, donde la verdad es relativa y las señales se nos presentan como espejismos de la vida.
Entre estas dos dimensiones, transcurrirá El Taller de Dramaturgia. Por un lado, dos escritores divagarán sobre el oficio de la escritura, contraponiendo posiciones con una gran cuota de humor e ironía, analizando lo que es hoy en día el oficio de las letras, muchas veces manoseado y vendido al mundo de la farándula y el espectáculo de dudosa reputación. Por otro lado, surgen los personajes, estereotipos que nos hacen entender la liviandad y la falta de perspectivas en que ha caído el arte en el mundo de hoy.
Ambos mundos comenzarán a perder sus límites, y se fusionará el mundo real con la fantasía. El mundo de estos escritores se verá amenazado e invadido por una atmósfera onírica, en ella, al más puro estilo Pirandeliano, se verán enfrentados a sus propios personajes, que no son otra cosa que la materialización de sus propios miedos.
Nuestro montaje, en un tono tragicómico, pretende reflexionar sobre la pérdida de valores de los escritores, y del artista en general. A partir de guiños a la cultura popular, pretendemos ironizar sobre el camino en que transita el arte y sus oficiantes, metáfora también del hombre y su desarrollo.
jueves, 23 de agosto de 2007
SOBRE EL TALLER DE DRAMATURGIA
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